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La cadena de valor de la celulosa, papel y cartón supone el 4,5% del PIB

  • Publicado el 26 de Octubre de 2018

La cadena de valor de la celulosa, papel y cartón aporta globalmente (aportación directa+indirecta+inducida) a la economía el 4,5% del PIB y genera uno de cada cincuenta empleos en nuestro país, según el informe Importancia socioeconómica de la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón elaborado por CEPREDE para las organizaciones de la cadena, que se ha presentado hoy en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.

Asimismo, cuatro de cada cincuenta euros que factura la industria y uno de cada cincuenta euros que recauda el Estado vía impuestos o cotizaciones sociales en España están relacionados con la actividad de esta cadena de valor.

La cadena de valor de la celulosa, papel y cartón —tal como viene definida en dicho estudio— se inicia en la naturaleza con las plantaciones para papel, de las que se obtiene la materia prima natural y renovable con la que la industria papelera produce la celulosa y el papel. En el siguiente eslabón, a partir del papel, las empresas transformadoras producen una amplísima gama de productos de papel y cartón como envases y embalajes de todo tipo (cajas, bolsas…), material de papelería (sobres, cuadernos, carpetas…) y productos tisú (papel higiénico, pañuelos, papel de cocina…).

La cadena de valor continúa con el sector de servicios de impresión, reproducción y acabados, con las empresas de publicidad y marketing directo, y con la industria editorial, tanto de libros como de periódicos y revistas. Esta potente cadena de creación de empleo y riqueza está integrada también por las actividades postales y de correos dedicadas al envío de cartas y paquetería. Y finalmente, la cadena se cierra con el sector de la recuperación de residuos que recoge y trata el papel tras su uso para que regrese a las fábricas papeleras.

De izquierda a derecha: Sebastián Solís, presidente REPACAR; Álvaro García Barbero, presidente NEOBIS; Julio García, presidente MESA DE LA NUEVA RECUPERACIÓN; Ángel Dapena de LA BOLSA DE PAPEL; Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo; Jordi Mercader, presidente ASPAPEL; Rubén Martínez, vicepresidente AFCO; Alejandro García, presidente ASPACK; Antonio María Ávila, FGEE
De izquierda a derecha: Sebastián Solís, presidente REPACAR; Álvaro García Barbero, presidente NEOBIS; Julio García, presidente MESA DE LA NUEVA RECUPERACIÓN; Ángel Dapena de LA BOLSA DE PAPEL; Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo; Jordi Mercader, presidente ASPAPEL; Rubén Martínez, vicepresidente AFCO; Alejandro García, presidente ASPACK; Antonio María Ávila, FGEE

Integrada por 17.377 empresas con asalariados, la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón da empleo directo a 182.370 personas. Con una facturación directa de 23.094 millones de euros, la cadena de valor tiene sobre la economía española un muy importante efecto no solo directo sino también indirecto e inducido, que hay que considerar globalmente.

La cadena de valor es uno de los grandes motores de la economía de nuestro país por su efecto impulsor y de arrastre en el conjunto de la actividad económica, generando actividad en muchas otras ramas como la energía, química, metal, maquinaria, transporte, construcción, ingeniería y un larguísimo etcétera.

La facturación directa de la cadena de valor asciende a 23.094 millones de euros, una cifra que representa el 2,1 % del PIB español. La demanda externa supone el 25 % de las ventas totales de la cadena. La facturación global generada (48.471 millones de euros) equivale al 8,8 % de la facturación de la industria española y representa el 4,5 % del PIB español. El valor añadido total generado (18.378 millones de euros) supera el 13,2 % del valor añadido de la industria española. Cuatro de cada cincuenta euros que factura la industria española están relacionados con la actividad de la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón.

La estructura de costes de la cadena de valor revela la importancia del capítulo de compras de materias primas y aprovisionamientos, que supone el 48 % de los costes totales, seguido de los costes salariales, que representan el 28%. En el desarrollo de su actividad, la cadena realiza compras a otros sectores por importe de 14.566 millones de euros y desarrolla inversiones valoradas en 842 millones de euros.

Las compras suponen el 63 % de la facturación directa, casi doce puntos porcentuales por encima de lo que representan en el conjunto de la economía. La cadena invierte el 3,6 % de su facturación directa, más de un punto por encima de la media en el conjunto de la industria manufacturera.

Tanto las compras como la inversión se dirigen además en un muy alto porcentaje (78%) a proveedores nacionales, lo que explica el importante efecto de arrastre de la cadena de valor en la economía nacional. En las compras destaca el capítulo de la energía. Y las inversiones se dirigen fundamentalmente a servicios técnicos de ingeniería, construcción y maquinaria. La apuesta por la innovación tecnológica, como estrategia para ampliar mercados y mejorar la competitividad es responsable de este alto nivel de capitalización (inversión/producción).

Los gastos en innovación de la cadena de valor se estiman en 491 millones de euros, lo que supone el 8,1 % del gasto del conjunto de la industria manufacturera en este capítulo. Las 17.377 empresas que operan en la cadena de valor generan 182.370 empleos directos. Considerando el empleo directo, indirecto e inducido, que suma 369.036 trabajadores, los puestos de trabajo generados equivalen al 18,5 % del empleo industrial y el 2 % del empleo total en nuestro país.

Nueve de cada cincuenta empleos industriales en España está relacionado con la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón. Y en relación al conjunto de la economía, incluidas todas las ramas de actividad, uno de cada cincuenta empleos está generado por la cadena. Por lo que se refiere a la tipología del empleo, la estabilidad es un rasgo característico de la cadena de valor. El 82 % del empleo directo generado es estable, con 149.473 empleados fijos y 32.897 eventuales.

Otra característica de la cadena en lo que se refiere al ámbito laboral es la cualificación de los trabajadores. El 73 % de los empleos directos son de operarios con formación técnica, junto a un 17 % de directivos y técnicos y un 10 % de personal de administración. El salario medio en las empresas del conjunto de la cadena asciende a 33.391 euros, un 9% por encima del salario medio en nuestro país, lo que supone 6.090 millones de euros anuales en salarios a los empleados directos y una masa salarial de 12.536 millones de euros si consideramos el empleo directo, indirecto e inducido por la cadena.

La cadena de valor, generadora de empleo y riqueza, realiza una importante aportación a los ingresos públicos a través de las cotizaciones e impuestos, contribuyendo a financiar la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos con el mantenimiento de los servicios públicos, infraestructuras, ayudas sociales…

A través de las cotizaciones, el IVA, el IRPF y el Impuesto de Sociedades, la cadena de valor aporta a las arcas públicas directamente 3.529 millones de euros, que si sumamos a la fiscalidad generada indirectamente y de manera inducida por la actividad de la cadena ascienden a un total de 7.424 millones de euros. Una aportación global que supone el 1,8% de la recaudación fiscal total del Estado. O lo que es lo mismo, uno de cada cincuenta euros que recauda el Estado vía impuestos o cotizaciones sociales está relacionado con la actividad de la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón.

Como ejemplo de la magnitud de esta aportación fiscal global de la cadena de valor, podemos decir que la cifra, por ejemplo, financiaría sobradamente la partida destinada a I+D+i civil y militar o que casi cubriría el gasto destinado a infraestructuras en los presupuestos generales del Estado.

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